miércoles, 25 de noviembre de 2009

¿NOS LOS LLEVAMOS?

Fotógrafa: Frantic (Jaipur, octubre 2009)

lunes, 23 de noviembre de 2009

"POS" NO SERÁ EL PICANTE

Tengo un estómago de lo más delicado, sobre todo desde la quimioterapia. Casi todo me produce ardor de estómago: las pizzas de las cadenas esas (nada de publicidad gratuita, por supuesto), la legumbre, el chocolate, cualquier cosa un poco especiada... y últimamente, hasta el cava. Por eso, antes de irme a la India, casi supliqué a mi médica de cabecera que me recetara un buen protector de estómago. Estaba convencida de que el picante -que tanto me gusta, por otra parte- me iba a dejar el estómago en estado incandescente.

Como no me gusta empezar a medicarme antes de tener síntomas insoportables y ya que, en este viaje, no me apetecía privarme de nada, empecé a comer normalmente de todas las comidas que veía -con las salvedades sanitarias de rigor y siguiendo mis hábitos vegetarianos- pensando en que ya me tomaría el protector al primer aviso.

Pues bien, puedo aseguraros que, durante este viaje, he probado comidas a cual más especiada y platos que me han dejado la lengua hecha un ascua la mayoría de las veces, pero sin embargo, no he notado la menor molestia en el estómago y mi caja de omeprazol volvió tal y como me la había llevado.

¿Será porque, pese a las especias, las comidas de allí son más saludables? ¿O porque en Occidente se utilizan demasiadas grasas y aditivos? ¿O porque es la tensión nerviosa de la vida cotidiana lo que me produce irritación?

Sólo tengo clara una cosa: no es el picante.

viernes, 20 de noviembre de 2009

BIBELOTS

Fotógrafa: Frantic (Jaipur, octubre 2009)

miércoles, 18 de noviembre de 2009

SUPERVIVENCIA

No les importa que les digas que no, ni que les pongas malas caras. No entienden que tú sólo quieras pasear tranquilamente y hacer tus compras donde y cuando tú quieras. Sólo saben que tienen que vender lo que llevan, que tienen que conseguir unas monedas y que sólo pueden pedírtelo a ti o a la gente como tú.

No sirve que les digas que no, seguirán insistiendo. No sirve que compres o des algo a alguno por caridad o sólo para que te deje en paz, en seguida tendrás a los demás que querrán que les compres o des igual que has comprado o dado al otro. No sirve que les digas que les comprarás mañana, si al día siguiente te los encuentras, se acordarán de lo que les dijiste y te lo reclamarán.

No les importa seguirte durante toda una tarde, te indican por donde tienes que cruzar, te avisan para que no pises lo que no quieras pisar y hasta se han molestado en aprender a chapurrear tu idioma.

Para ti puede ser un agobio pasajero. Para ellos es la realidad cotidiana: supervivencia pura y dura.

domingo, 15 de noviembre de 2009

COLORS BESIDE GANGES

Fotógrafa: Frantic (Varanasi, octubre 2009)

ESPIRITUALIDAD

Confieso que el principal motivo para elegir la ruta del norte era pasar por Varanasi y es que, para mí, visitar la India y no ver el Ganges habría sido perderme gran parte de la esencia espiritual que tanto necesito algunas veces.

Sé que, para algunas personas de mi entorno, resulta incomprensible la pasión que me inspira el Ganges -"hija, si estará lleno de mierda", decía mi madre- precisamente porque no pasan del aspecto material del río. Pero debo reconocer que, incluso para quienes, de vez en cuando, trascendemos lo puramente físico, el Ganges resulta sobrecogedor.

Pese a no ser creyente y no pisar una iglesia desde hace siete años, he llegado a emocionarme al ver una ceremonia hinduista a orillas del Ganges. He asistido a una cremación -por cierto, pese a que pueda parecer lo contrario, puedo aseguraros que en ningún momento huele a carne quemada- y me he quedado embobada escuchando las explicaciones del guía sobre los ritos funerarios.
He asistido al emocionante ritual con el que un compañero de viaje ha depositado las cenizas de su madre en el río. He visto como, al amanecer, los ghats se llenaban de peregrinos llegados de todos los rincones del país para cumplir con el rito de purificación en las aguas del Ganges. He soltado una lamparilla encendida mientras formulaba un deseo.

Pero no me he bañado porque, efectivamente, está lleno de mierda.

domingo, 8 de noviembre de 2009

SON DE MAR

Fotógrafa: Frantic (Jaipur, octubre 2009)

sábado, 7 de noviembre de 2009

INDEFINICIÓN

No es fácil definir la India sin caer en el tópico y manido argumento de que se trata de un país de contrastes. Pero para poder hacerlo, al menos, con un mínimo de objetividad, es necesario contemplarla como un todo y guardar las distancias justas: ni demasiado cerca como para que te hunda consigo ni demasiado lejos que te haga perder la perspectiva.

Sí, la India es un país superpoblado, lleno de colores y de aromas. Un país ordenado dentro del caos. Una filosofía determinista por la que cada persona asume el puesto que le toca. Una espiritualidad de la que muchos tendríamos que aprender en Occidente. Un país de hoteles donde te siguen subiendo la maleta al hotel y, al caer la noche, te hacen la cobertura. Una ingente cantidad de lenguas y dialectos y un inglés casi incomprensible. Mujeres hermosas y niños alegres. Un lugar donde comer rico y barato y donde, por poco dinero, puedes vestir a una familia y comprar regalos para todas tus amistades

Todo esto es la India.

Pero abandonas el hotel y, al bajar del autobús, encuentras vacas escuálidas, mendigos y vendedores ambulantes que, literalmente, te acosan, ratas que se esconden debajo de la mesa donde un grupo de amigos disfrutan de unas pakoras, peregrinos que pasan la noche al raso junto a la estación de Varanasi, hombres que andan a cuatro patas porque, de niños, les partieron la espalda a fin de que dieran más pena a la hora de mendigar, madres que hacen el gesto de echarse comida a la boca de una forma tan mecánica que ni siquiera consiguen dar pena, niñas que te siguen por todo Chandni Chawk y que te llevarías a casa porque no dejas de preguntarte qué hacen que no están en el colegio a esas horas, y un gran sentimiento de culpabilidad cuando reconoces que estás deseando volver a ese oasis de cinco estrellas donde no vas a sentir ni el calor, ni la humedad ni el olor a impotencia que se te pega a la ropa.

Todo esto... también es la India.

viernes, 6 de noviembre de 2009

PINCELADAS

Fotógrafa: Frantic (Varanasi, octubre 2009)