jueves, 22 de octubre de 2009

BELDADES

Fotógrafa: Frantic (Agra, octubre 2009)

ADDICTED TO CHAOS

Recorriendo en autobús el camino entre el hotel y Chandni Chowk me doy cuenta de que el caos del tráfico excede la imaginación de cualquiera. En la India, las pocas normas de tráfico que hay son tan poco estrictas que, tanto los conductores como los peatones, se las pasan por donde mejor les viene.

Me quedo extasiada viendo ese batiburrillo de autos viejos, de coches de gama alta, de rickshaws, de tuc-tucs, de bicicletas... y me arranca una sonrisa ver a las mujeres que van de paquete en las motos sentadas de lado, tal y como se veía en España hace más de treinta años. Y no es difícil ver a un motorista sujetando el móvil entre la oreja y el hombro mientras conduce.

Pero me sorprende, sobre todo, que, pese al caos existente, los conductores y peatones vayan tan tranquilos. Aquí sólo se pita para avisar al resto, se puede cruzar por cualquier parte siempre que se haga despacio para dar tiempo a que los conductores te vean y, sobre todo, no se escucha un solo improperio cuando alguien hace cualquier maniobra que en España sería recibida con un montón de pitidos e insultos.

En Varanasi, Agra y Jaipur es más de lo mismo. En sus calles sin aceras conviven vehículos, peatones y vacas.

Cuánto me gustaría ver por aquí a quienes dicen estresarse cuando conducen por la Meridiana.

miércoles, 21 de octubre de 2009

LIBERAD LAS ESENCIAS

Fotógrafa: Frantic (Jaipur, octubre 2009)

VISTA AEREA

Desde el avión y según me voy acercando, Delhi refulge como si alguien hubiese esparcido piedras de topacio y pepitas de oro en una pila de carbón. Pego mi nariz a la ventanilla y soy incapaz siquiera de parpadear. No quiero perderme esta primera sensación de que, por fin, estoy en la India.

El avión sigue descendiendo y ahora, la ciudad me parece un gran brasero de picón con las brasas al rojo vivo, ese brasero que había en casa de los abuelos y que, por un momento, me hace sentir que vuelvo a la niñez.